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Vándalos derribaron 64 tumbas de Mazahuas en San Pedro de Los Baños, Ixtlahuaca

La población se encuentra muy indignada y pide se castigue a los culpables

Hace días, como un hecho curioso, un conocido de mi amigo reportero gráfico del diario “8 Columnas”, Francisco Martínez Contreras, me comentó el caso de la destrucción de tumbas en el panteón de la delegación de San Pedro de los Baños, perteneciente al municipio de Ixtlahuaca. Por el tema, se pudiera pensar que es un caso simple; sin embargo, se debe analizar a conciencia. 

A través de los años, en muchas partes del mundo la profanación de tumbas se ha presentado, ya sea por parte de científicos locos que anhelan ganarle a Dios reviviendo muertos; o por parte ladrones que estudiando y conociendo a las familias pudientes, están a la espera de la inhumación de una persona para exhumarla y quitarle las joyas que se le hayan colocado.

Y los hay quienes acostumbrados a manejar las energías oscuras o negativas, a cambio de dinero, hacen todo tipo de hechizos en tumbas de panteones para cortar la existencia, vía trabajo paranormal de gentes que son consideradas enemigas de sus clientes. Para este tipo de actividad, solo hacen una cepa de mediano tamaño para sepultar muñecos hechos a base de una prenda de la víctima, tela pinchada con alfileres.

Asimismo, existen adoradores a la Santa Muerte o a La Niña, que pagan dinero a sepultureros por conseguir una pieza de un difunto. Y en el campo científico, estudiantes de medicina se las arreglaban para cumplir con la tarea de sus maestros, llevando huesos de muerto a la escuela, ¡claro, pagando dinero al encargado de un cementerio!

En las últimas fechas, dada la vida individualista que se vive de manera cotidiana, por el abandono de los hijos por parte de los padres, quienes se encuentran más preocupados por ganar dinero yendo a trabajar, para poder estar en condiciones de sobrevivir en el apresurado mundo de las sociedades consumistas, fenómeno que bien manejan los estrategas de los medios de comunicación electrónicos.

La existencia de las Tribus Urbanas también se le debe a las deficiencias de las diferentes religiones que, luchando por el poder al interior y exterior de las mismas, ya no transmiten mensajes de buena voluntad; mucho menos, las buenas costumbres a los sectores antes mencionados.

Ante ese abandono, los niños, los jóvenes y los adolecentes, como seres humanos que por instinto deben unirse en comunidad, han estado formando lo que se le denomina Tribus Urbanas. Las tribus urbanas son grupos de gente que se comporta de acuerdo a su ideología; creando sus propias convicciones sociopolíticas, creencias religiosas, inclusive de carácter místico. 

Tribus urbanas, las hay variadas y en abundancia; como los emos, los flogers, los dark, los punk, por citar algunos. Y en el campo paranormal, podemos mencionar los adoradores de la Santa Muerte o de La Niña, ya sea de color blanco, negro, rojo. También existen los adoradores del Diablo, etcétera. El asunto es que el ser humano se sienta bien consigo mismo y en comunidad.

Por eso los adultos y los ancianos de San Pedro de Los Baños, de origen Mazahua, dos mil 540 metros de altitud sobre el nivel del mar, con 10 mil 768 habitantes, no sólo se sienten dañados moralmente por el asunto de las 64 tumbas que fueron destruidas por algún grupo de vándalos, hasta el jueves 14 de mayo, hace más de 20 días, sino ofendidos por esa falta de respeto a los cuerpos de quienes ya se nos adelantaron; porque incluso se están violando los usos y costumbres, la cosmogonía de tan importante cultura.   

Se sospecha que la noche aquella de la violación de tumbas, un grupo de drogadictos entró al panteón para cometer esas fechorías; no se sabe con qué fines, pero lo cierto es que la profanación se cometió y por ello las autoridades encargadas de impartir justicia, deben actuar para dar con el o los responsables y aplicarles todo el peso de la ley. Bueno si hay ley para sancionar esa práctica.

Si no hay una ley que sancione la profanación de tumbas, ahora que estamos en el proceso electoral local, sería interesante que quienes vayan a ser electos diputados locales y federales, trabajan al respecto. No se vale que haya quien se atreva a hacer todo tipo de tropelías en los cementerios. De la violencia, ni de la descomposición de tejido social, los difuntos se escapan.

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