Será hasta el 16 de agosto cuando Alfredo del Mazo reciba su constancia de mayoría como gobernador electo del Estado de México, si es que su triunfo se confirma, una vez que se desahoguen los recursos de inconformidad de Morena, PAN y PRD.
Mientras tanto, el priista está alistando su gabinete, analizando cada una de las áreas de gobierno y trabaja para concretar la oferta política que le hizo ganar las elecciones.
De acuerdo a medios de circulación nacional, lo que más le ocupa es el tema de inseguridad, entre otras cosas porque es la que más recursos demanda, pues su promesa de campaña fue hacer del Estado de México la entidad más segura del país, lo cual suena imposible dado el grado de descomposición y corrupción de los cuerpos policiacos.
Sin embargo, no todo se reduce a contar con mayores recursos ni depurar las policías, porque esto también es un problema de oportunidades de educación, de trabajo y de inclusión social.
Por ello, se dice, que busca hacer cambios integrales como cambiar la estructura orgánica del gobierno por una que atienda y resuelva el lastre que representa la inseguridad.
También estudia la factibilidad de la colocación de cámaras de vigilancia y botones de pánico en cada unidad del transporte público; duplicar el número de cámaras de videovigilancia instaladas en el estado, así como construir dos C5 más, uno en Naucalpan y otro en la zona Oriente de la entidad, tal como lo prometió en su campaña.
Sabe que no basta tener una dependencia encargada del asunto, se necesita una que trabaje en aspectos preventivos, en crear oportunidades de estudio, de trabajo, de recreación y deporte, entre otros aspectos.
Por ello, se comenta que es un hecho que Del Mazo propondrá la desaparición de secretarias y organismos, por la creación de otras que respondan a los nuevos retos que presenta la entidad más poblada del país.
Otra de las propuesta de campaña que requieren de muchos recursos, es la del “salario rosa”, lo cual puede ser una preocupación para el priista, pues actualmente no se cuentan con los dineros necesarios. De ahí que Alfredo del Mazo tiene presente que es necesario una reingeniería presupuestal para eliminar una serie de programas, incluso asistenciales, que no han servido, siquiera para mitigar la pobreza, por ello se tienen que remplazar por proyectos que inserten en la productividad a las clases más desprotegidas.
Si Del Mazo quiere proseguir con lo del “salario rosa” deberá solicitar el indispensable apoyo de la iniciativa privada, además de que el Congreso mexiquense apruebe los recursos en rubros de mayor impacto social y para que hagan las modificaciones legales que den paso a una estructura operativa y de vanguardia.
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