*El amor rescata al ser humano de las garras de los vicios.
*Fundó los Hogares Providencia, hoy en el olvido total.
Por Raúl MARCELINO VICTORIA
Los niños y niñas en situación de calle carecen de amor, han padecido la violencia intrafamiliar, motivos por los cuales forman colonias en las que se sienten felices aun cuando estén rodeados de peligros como drogadicción, alcoholismo, prostitución, explotación, pleitos callejeros, miseria y hasta muerte.
Al ver entrevistas que colaboradores del programa de Televisión Católica Mariavisión hizo al sacerdote Chinchachoma alias Alejandro García Durán de Lara, en torno al tema de los niños en situación de calle, se nos enchina la piel y quienes somos sensibles al dolor humano nos sensibilizamos, nos solidarizamos con quienes se encuentran en esa situación, pero no sabemos qué hacer para brindar ayuda.
Y es que la desconfianza hacia las autoridades está latente, pues como que actúan y no. Tratamos de obtener datos estadísticos vía Internet del número de casos en el Estado de México; sin embargo, fue en vano, no encontramos nada, sólo un programa denominado Menores Trabajadores Urbano Marginales (Metrum) bien elaborado por expertos para dar a conocer las estrategias gubernamentales como la entrega de becas, para reintegrarlos a la escuela.
También, con líneas rebuscadas mencionan que las autoridades estatales y municipales, a través de los sistemas DIF cuentan con cursos y talleres, para que dominen oficios que en un futuro les permita incorporarse al aparato productivo. No obstante, en el contexto de rescate, el problema está a la orden del día. Aun cuando le hayan cambiado de nombre al programa Menores en Situación Extraordinaria, Menores en Situación de Calle, o Menores Trabajadores, es lo mismo, como dice el refrán popular. “Aunque la mona la vistan de seda, mona se queda”.
De ahí, el interés del padre Chinchachoma de echarles la mano creando los Hogares Providencia, Instituciones de Asistencia Privada (IAP), donde por varios años fueron atendidos niñas y niños desarraigados que vivían en lotes baldíos, en casas-habitación, abandonados, debajo de algún puente o coladera. Para tal efecto, el sacerdote se hacía pasar como uno de ellos para ganarse su confianza y con el paso del tiempo los invitaba a acudir a los albergues.
Al respecto, Mario Banda Ruiz director de Hogares Providencia IAP dio a conocer en Mariavisión que datos oficiales reconocían que había en 2015 dos millones de niñas y niños en situación de calle y 4.5 millones no tenían acceso a la educación.
Volviendo con las acciones de Chinchachoma, el filántropo recomendaba amar a los hijos. Para él amar era dialogar, oír basados en el temor a Dios. “Dios te ama. Yo te amo”. Estas frases las manejaba mucho para elevar la autoestima de la niñez, de los adolescentes, de los jóvenes a punto de perderse o de plano ya descarriados.
Resaltaba que para alcanzar la santidad se debe de saber amar y para esto es necesario practicar la bondad, el bien, la misericordia, la bienaventuranza.
Los golpes y las malas palabras no llevan a nada bueno, por el contrario agravan la conducta de una persona orillándola hacia la rebeldía toral y por ende a toda clase de vicios.
Los Hogares Providencia nacen en Puebla en 1975, luego comenzaron a diseminarse por el centro del país. Tras el fallecimiento de Chinchachoma (en Bogotá el 10 de julio de 1999) todo cambió, al menos en Toluca, ya no vemos un Hogar Providencia, como no transito mucho por el país, no sé si existan en algún otro lado. Alias Alejandro García Durán de Lara, nació en Barcelona, España en 1935.
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