Cena de negros

Los ganadores que encabezaron la coalición PRD, PRI y PAN por derecho son los que les tocará lo mejor de la vianda.

Cada uno mira para sus intereses sin importarle el resto de los invitados al festín.

Los ciudadanos en este reparto del pastel, ni las migajas le tocan.

A tres meses del cambio de administraciones municipales en los 125 municipios del Estado de México, la rebatiña por las posiciones políticas y administrativas está en su apogeo. En particular en aquellos Ayuntamientos donde varios partidos políticos se unieron para obtener una clara victoria ante las alcaldías gobernadas por el Partido Morena.

Aquellos ganadores que encabezaron la coalición PRD, PRI y PAN por derecho son los que les tocará lo mejor de la vianda y hasta la” cereza del pastel” la ambicionan por derecho propio, dejándoles las sobras del banquete a sus aliados.

En la comilona todos quieren lo mejor, beber los mejores vinos, devorar la parte sabrosa del carnero y hasta saborear los postres y el pastel, sin duda.

Sin embargo, hay quienes en la comilona no todo es para todos. Sólo los triunfadores comerán de lo mejor, a los aliados les tocará las sobras.

Y en este reparto en donde se disputan las mejores piezas de la comilona, se convierte en una verdadera CENA DE NEGROS, donde cada uno mira para sus intereses sin importarle el resto de los invitados al festín.

Claro que lo mejor es para los triunfadores que reclaman el mando supremo, las arcas municipales, las áreas correspondientes a obras públicas, servicios municipales, la operadora del agua y hasta el mando de la policía. Nada más.

Y en esto, es donde los aliados quieren tener también el mando y la autoridad de que les salpiquen algo de los impuestos y las entradas extras, además de algunas concesiones para hacer sus negocios.

No resulta nada fácil ni sencillo de solucionar cuando de por medio están en juego la ganancia de muchos millones de pesos, productos de los impuestos de los ciudadanos, de los recursos federales para obras y servicios a la comunidad y de la infinidad de concesiones a particulares, entre otros recursos que dejan de demasiado dinero.

En esta lucha por concentrar poder y riqueza para los grupos políticos que llegan a gobernar, la ciudadanía sale sobrando. No existe ni se cuenta en las decisiones de aquellos que con mentiras exigieron su respaldo en las urnas.

Los intereses son más fuertes que la necesidad de la ciudadanía, que como siempre reclama justicia, seguridad, fuentes de trabajo, servicios públicos urbanos, agua potable, honestidad y responsabilidad de los servidores públicos (¿¿??).

Demandas y peticiones que se cumplen a medias y otras ni siquiera entran en las acciones inmediatas de resolver.

Ante la rebatiña del poder político y económico de los grupos que se disputan gobernar a sus anchas sin que les pongan piedras en el camino, la gran comilona y la cereza del pastel ya está definida para los triunfadores de la contienda electoral pasada.

Los ciudadanos en este reparto del pastel, ni las migajas nos tocan.