El gobierno de la 4T al frente desde hace cuatro años por Andrés Manuel López Obrador se comprometió a redireccionar el rumbo del país teniendo como prioridad garantizar la seguridad y el bienestar de los mexicanos, lo cual no se ha podido cumplir con este objetivo perjudicando principalmente al sector femenil.
Los hechos que se suscitaron en días pasados en el estado de Nuevo León con la desaparición de la señorita de 18 años Debanhi Susana Escobar Bazaldúa es una muestra clara de las pocas o nulas garantías que tienen las mujeres para transitar por las calles de esta perla mexicana.
El caso de esta joven nuevoliense que volvió a conmover y mover las masas de varios sectores de la población en México, es un caso más para redireccionar las políticas públicas que den garantía, certeza y seguridad al salir a las calles a las mujeres, sin temor a ser acosadas, asaltadas, raptadas, secuestradas y en el peor de los casos desaparecidas.
Aunado a ello, se cuenta con una procuración de justicia que carece de los más mínimos conocimientos elementales para ejercer el cargo de las personas que ostentan estos puestos; la profesionalización y corrupción que imperan en estas instituciones parece que se rehúsan a desaparecer, aún y cuando el Presidente de México tenga la disposición y voluntad porque esto así suceda.
En la búsqueda de Debanhi Escobar pasó lo que hace unos años atrás sucedió en el Estado de México que la intención de familiares de encontrar a personas desaparecidas se toparon con la sorpresa de encontrar otros cuerpos diferentes al que era su objetivo como fue en el caso del municipio de Ecatepec en el conocido río de los remedios; lo cual en su momento fue denunciado y exhibido en tribuna por el entonces Diputado perredista Octavio Martínez Vargas, que sólo quedó en eso.
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