No por nada en las pasadas elecciones estuvo muy presente Margarita Zavala, desde ese momento inició su campaña adelantada rumbo a la presidencia de la República.
Y es que la panista ya se destapó, pero primero debe de contar con el apoyo de la cúpula del PAN y de los distintos grupos que al interior del partido, que seguramente ya tienen en mente sus propios candidatos.
Pero además Margarita tiene que lidiar con el gobierno reprobado de su marido Felipe Calderón Hinojosa, ex presidente de México.
Los especialistas en la política mexicana le ven pocas oportunidades a la ex primera dama de México, pero si quiere tener posibilidades debe desprenderse del calderonismo, de su grupo e impulsar un nuevo proyecto.
El sexenio de Felipe Calderón es señalado por el recrudecimiento de la violencia al declararle abiertamente la guerra al narcotráfico, acción de causó muchas muertes, no sólo de integrantes de los grupos criminales, sino también de la sociedad civil, que muchas veces fue acusada de delincuencia, cuando sólo estaban en el lugar y el momento equivocada.
Consecuencia de esta guerra también se violentaron los derechos humanos tanto de criminales como de inocentes; mientras que otros delitos que se cometieron en el gobierno de Calderón Hinojosa quedaron impunes, como el caso de la guardería ABC, en el que murieron decenas de niños, otros quedaron con lesiones de por vida. Fue un incendio causado por la corrupción y por la avaricia de los entonces gobernantes de Sonora, solapados por otras autoridades, como el recientemente fallecido Juan Francisco Molinar Horcasitas.
Y qué decir del terreno económico, los ciudadanos mexicanos padecieron del estancamiento económico, la inflación, el desempleo y otras faltas de oportunidades, que bueno, el gobierno priista, con todo y sus reformas, no ha podido solucionar, por mucho que presuma sus cifras alegres.
Margarita Zavala debe dejar de hablar de los supuestos logros de su esposo Felipe Calderón (quien parece también aspira a ser presidente del PAN a nivel nacional) y también de otros gobiernos panistas; debe construir un proyecto propio, renovado, con nuevas y verdaderas intenciones de cambiar el rumbo del país.
Debe ser consecuente y seguir en la dinámica que ha manejado en cuanto a su persona, que ella tiene una formación política que no inició a partir de haber sido la primera dama de México, sino siendo asambleísta en la Ciudad de México, diputada federal, entre otros cargos al interior del PAN.
Mientras ella va en el camino de la trascendencia, ya ha causado la división de Acción Nacional y su presidente, Gustavo Madero, dijo que lo primero es dar resultados, convertir a su partido en la principal fuerza de oposición, no concentrarse en los destapes a la Presidencia.
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