La libertad de expresión es un derecho universal que todo el mundo debe gozar, el cual está ligado a la libertad de opinión, de difundir y recibir información (libertad de prensa), sin límites de fronteras, así lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Diversos organismos que se dedican a defender estos derechos, como la UNESCO, refieren que la libertad de expresión es un elemento crítico para la democracia, el desarrollo y el diálogo.
Este mismo organismo hace énfasis que para que se cumpla libertad de expresión y de prensa es necesaria la independencia y el pluralismo de los medios de comunicación, como un componente esencial en el proceso de la democracia.
La semana pasada, en México se celebró el Día de la Libertad de Expresión, sin embargo más que un motivo de festejo, en nuestro país debiera ser un momento para reflexionar sobre el tema, para reconocer que, a pensar que se ha avanzado, este derecho no se goza en su totalidad.
Que los gobiernos, sin quieren avanzar en materia de democracia, deben ser sensibles al tema, no aplicar la ley mordaza y no castigar a los medios que son sus críticos, pero sí castigar a aquellos funcionarios y cualquier persona que atenta contra la libertad de expresión, de prensa, que incluso silencia a los periodistas asesinándolos.
Las autoridades mexicanas deben garantizar estos derechos, de lo contrario iremos en retroceso y sus gobiernos serán tachados de autoritarios.
La prensa y los distintos medios de comunicación también deben avanzar, ser críticos sustentados en la investigación y en la información, más no difamatorios o invadiendo el lado más privado de las personas.
Los periodistas también deben ser profesionales y en ese sentido, ante representantes de diversos medios, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, anunció una serie de programas para impulsar la profesionalización y formación de los periodistas mexiquenses, como becas para el extranjero, cursos de capacitación y conclusión de estudios académicos, de igual manera diversos apoyos en materia de salud y económicas.
Y aquí cabe hacer una aclaración, quienes reciban estos apoyos no deben condicionarse a los intereses de los gobiernos, pues insistimos, los periodistas deben ser críticos y brindar la información de lo que hacen y no hacen los gobiernos y sus funcionarios, aunque la información no siempre resulte favorable para estos, pues sólo así se podrá contribuir al derecho a la información que merece tener la ciudadanía.
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