El Partido Revolucionario Institucional no ha terminado de aprender de sus errores y muestra de ello son las pasadas elecciones del 5 junio, en donde 12 estado de la República eligieron gobernador, de las cuales perdió siete.
Si el PRI no toma otro camino, la ciudadanía, de nueva cuenta como en el 2000, le cobrará cuentas al partido y en 2018 la historia podría ser diferente a nivel federal, pero también en el Estado de México.
La participación ciudadana, como ya se esperaba, fue poca, muy pocos acudieron a votar, pero quienes lo hicieron, fue claro, que castigaron los excesos y la corrupción de los pasados gobernantes y sus respectivos partidos.
En Tamaulipas, por ejemplo, luego de más 80 años de gobiernos priistas, el Partido Acción Nacional les arrebató la gubernatura.
En el caso de Chihuahua, Javier Corral recuperó el estado para el PAN, luego de 18 años.
Veracruz también será para el blanquiazul, tras 86 años de haber sido priista. Aquí cabe hacer un paréntesis, pues este es el caso más claro del descontento ciudadano, de que la gente decidió ponerle fin a gobiernos (en especial por la presente y la pasada administración) que no permitían la libertad de prensa y de expresión, periodos en el que han muerto un gran número de periodistas por ejercer su profesión, en donde la corrupción es cosa de todos los días, en donde se permitió que creciera avanzará el crimen organizado.
Al PRI también le quitaron Durango y Quintana Roo, donde también se había anclado a lo largo de 86 años. Los otros dos estados que decidieron no continuar en manos priistas fueron Aguascalientes y Puebla.
Los estados que lo logró recuperar fueron Sinaloa y Oaxaca, mientras que se mantuvo en Hidalgo, al parecer en Tlaxcala y Zacatecas.
Esta es la primera vez en la historia del PRI que pierde tantos estados, lo que está diciendo que las cosas no se están haciendo bien, a nivel estatal, pero también a nivel federal, pues la figura del presidente Enrique Peña Nieto no fue suficiente para que el tricolor se mantuviera y es que las reformas de la Federación han causado mucho malestar, además de que no están dando los resultados que se prometieron de prosperidad económica.
Y el PAN fue el ganón de esta pasada contienda, pero tampoco deben echar campanas al vuelo, pues ya gozaron de las miles del poder, pero así como lo ganaron lo perdieron, pues las políticas implementadas por Vicente Fox y Felipe Calderón no fueron las más acertadas.
Además, existe la ultraderecha que le hace mucho mal al partido, pues conservan dogmas que incluso atentan contra los derechos humanos.
De las siete posibles victorias —que deberá confirmar la autoridad electoral— en cuatro hubo una alianza del PAN con un partido de izquierda: Veracruz, Quintana Roo y Durango con el PRD; y en Puebla con el Partido del Trabajo.
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