Sobre la inseguridad que padece el Estado de México, el gobernador Eruviel Ávila ha declarado es un fenómeno atípico y temporal, pues la delincuencia está respondiendo al combate de las autoridades.
Sin embargo, el mandatario mexiquense también ha reconocido que requiere de las fuerzas federales para combatir la creciente inseguridad y violencia.
Cabe destacar, que desde el gobierno de Enrique Peña Nieto la violencia en la entidad era alta, pero durante esta administración se han registrado las más altas cifras de delitos a nivel nacional, destacando el secuestro, robo a vehículos con o sin violencia, trata de personas y violencia de género.
El Instituto de Estudios Legislativos del Estado de México (INESLE) dio a conocer que en 2012 se registraron 269 mil 116 delitos en el estado; para el 2013 hubo un aumento del 0.39 por ciento con 270 mil 180, y en lo que va del 2014 se han registrado 42 mil 77 delitos, lo que representa el 16.49 por ciento a nivel nacional, la más alta en todo el país.
Javier Martínez Cruz, titular del organismo, detalló que los delitos más cometidos en el Estado de México son el secuestro, registrando también un aumento del 46.49 por ciento, pues en el 2012 se registraron 130, y ya para el 2013 la cifra aumentó a 191.
Eruviel Ávila ha reconocido este hecho y también que se necesita el respaldo y apoyo del Ejército, la Marina Armada y la Policía federal.
Pero también dejó en claro que no habrá impunidad y se reactivarán diversas acciones para recuperar la seguridad pública y procurar la justicia.
Y en este tenor, el gobernador también hace referencia a la serie de iniciativas que ha mandado al Congreso local, y que ya son ley, para eliminar beneficios y endurecer penas a quienes cometen delitos como robo con violencia o extorsión. Desde agosto pasado entraron en vigor reformas al Código Penal de la entidad, 124 extorsionadores están en prisión y más de mil 700 personas sujetas a proceso.
De ese tiempo a la fecha se han clausurado 650 establecimientos clasificados como giros negros, donde en algunos casos se planeaban operaciones de la delincuencia organizada. Asimismo se cerraron 65 deshuesaderos, donde se encontraban autos robados para venderlos en partes, cambiarles el registro o realizar alguna otra actividad ilícita.
Pero más allá de las cifras, la gente necesita palpar en su cotidianeidad que de verdad el crimen está disminuyendo, que puede salir a las calles sin temor a quedar en medio de una balacera, sin temor a ser secuestrados y sin temor a morir víctimas de violencia.
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