- El diputado federal pretende apoyar a los tlalnepantlenses, cuando no hizo nada como alcalde
Ciudad de México
La difícil situación financiera que atraviesa el municipio de Tlalnepantla se deriva de la mala administración que desempeñó el entonces presidente municipal Pablo Basáñez, quien poco hizo por la localidad, la cual tienen muchos rezagos en materia de infraestructura, salud, educación, etcétera.
Ahora, como diputado federal, visita varias colonias de Tlalnepantla, distrito al que supuestamente representa, para conversar con los ciudadanos y hacerles creer que va a resolver sus problemáticas, pero si no lo hizo como alcalde, menos lo hará como legislador.
Y es que el colmillo se le nota, busca andar saltando como chapulín de un cargo público a otro para recibir todos los beneficios que ello conlleva, sueldazos, prestaciones y fuero, lo cual es mucho, comparado con lo que hace por la ciudadanía.
Para el priista chapulín Pablo Basáñez es suficiente prometer que gestionará recursos para atender las demandas ciudadanas, es suficiente gastar recursos públicos para mandar hacer kits de sexualidad y repartirlos entre las mujeres, eso sólo es proselitismo y derroche de recursos para favorecer su ego y su imagen, pero nada sustancial que signifique un cambio benéfico para Tlalnepantla y para el país.
Sin embargo, la ciudadanía sabe quién es, incluso en diciembre de 2015 un grupo de tlalnepantlenses lo denunció ante la Procuraduría General de la República (PGR), para que lo indaguen por presuntas operaciones ilícitas, específicamente sobre la adquisición que hizo el chapulín Pablo Basáñez de un predio en Rancho San Juan, en la Zona Esmeralda de Atizapán, y es que el sueldo de un servidor público no alcanza para dicha compra.
La llamada “Casa Blanca” de Pablo Basáñez costó más de 2 millones 863 mil pesos, pues se ubica en una de las zonas más exclusivas de Atizapán, que se suma a lujosos autos y todas las propiedades con las que cuenta el ex edil de Tlalnepantla.
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